Con la llegada de otoño y invierno, las condiciones de la conducción cambian: Bajan las temperaturas, aumentan las lluvias y los días se acortan. Para las personas que disfrutan de la movilidad eléctrica sobre dos ruedas, es fundamental adaptar la moto eléctrica a esta nueva temporada para así garantizar la seguridad, eficiencia y confort en cada trayecto que realicen.
1. Revisión de la batería
El frío puede afectar al rendimiento de la batería.
Es recomendable:
- Cargarla con regularidad y evitar que baje del 20%.
- Guardar la moto en un lugar protegido de temperaturas extremas.
- Usar siempre el cargador oficial para prolongar su vida útil.

2. Neumáticos en buen estado
La lluvia y el suelo húmedo exigen un mayor agarre. Comprueba la presión de los neumáticos y asegúrate de que el dibujo tenga la profundidad adecuada para evitar deslizamientos.

3. Sistema de frenos
En superficies mojadas la distancia de frenado aumenta. Revisa el estado de las pastillas y el líquido de frenos, y sustituye cualquier componente que presente desgaste.

4. Iluminación y visibilidad
- Los días son más cortos y la visibilidad es clave:
- Comprueba el buen funcionamiento de faros, intermitentes y luces de freno.
- Considera usar ropa reflectante o accesorios de alta visibilidad.

5. Equipamiento de conductor
- Conducir con frío o lluvia no es lo mismo que en verano. Un buen equipamiento marcará la diferencia:
- Chaqueta y pantalones impermeables.
- Guantes térmicos para mantener la sensibilidad en las manos.
- Casco con pantalla antivaho.

6. Limpieza y protección
El agua y la humedad pueden provocar corrosión en algunas partes. Mantén tu moto limpia y, si es posible, aplica productos protectores en zonas expuestas al óxido.





